Ayer el viento parecía estar a punto de romper mi ventana y yo, escasamente protegido por el flaco vidrio y ridículamente estremecido, estaba de un humor de perros.
Esta mañana la luz del sol irrumpe en una habitación que sonríe desordenada.
Tres diferencias: un temporal que se ha ido en busca de mejores latitudes, una jota mayúscula al lado de la fecha en mi agenda, y en la radio ha vuelto a sonar Música es 3.
Vuelve la primavera, y yo vuelvo al redil.
PD: Por favor... ¡píntame un cordero!
Hablar por no hacer ruido - Adriana Bañares
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Ya está disponible la entrevista que me hizo Sergio Marín Ochoa para el
programa *Hablar por no hacer ruido* de Radio diferida. En esta entrevista
habla...
Hace 4 semanas
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