lunes, 6 de abril de 2009

Autorretrato capilar de ocasiones perdidas

En 1997 todos todavía queríamos ser como Kurt Cobain. Habría bastado un poco de agua oxigenada (peróxido de hidrógeno, hache-dos-o-dos, creo recordar) y una gran bronca familiar, pues los 16 de hace doce años no eran como son ahora.




La ocasión la pintaban calva, pero no tuve valor para dejarme crecer el pelo y suicidarme la melena a lo bonzo blondo.

Fronte capillata post est occasio calva
Andrea Alciato, Los emblemas, 1584.



Ahora que yo también puedo ser pintado a su lado, cada vez que me la encuentro comprando en el Lidl, la Ocasión se burla de mí porque resulto más huidizo que ella.










2 comentarios:

Txe Peligro dijo...

yo si lo hice: lo tuve de todos los colores. Es una de las mejores cosas que me han pasado.

Nacho dijo...

Otro motivo más para envidiarlo, Mr. Txe.

¡Un saludo!