En 1997 todos todavía queríamos ser como Kurt Cobain. Habría bastado un poco de agua oxigenada (peróxido de hidrógeno, hache-dos-o-dos, creo recordar) y una gran bronca familiar, pues los 16 de hace doce años no eran como son ahora.
La ocasión la pintaban calva, pero no tuve valor para dejarme crecer el pelo y suicidarme la melena a lo bonzo blondo.
Ahora que yo también puedo ser pintado a su lado, cada vez que me la encuentro comprando en el Lidl, la Ocasión se burla de mí porque resulto más huidizo que ella.
La ocasión la pintaban calva, pero no tuve valor para dejarme crecer el pelo y suicidarme la melena a lo bonzo blondo.
Ahora que yo también puedo ser pintado a su lado, cada vez que me la encuentro comprando en el Lidl, la Ocasión se burla de mí porque resulto más huidizo que ella.
2 comentarios:
yo si lo hice: lo tuve de todos los colores. Es una de las mejores cosas que me han pasado.
Otro motivo más para envidiarlo, Mr. Txe.
¡Un saludo!
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