miércoles, 22 de abril de 2009

Preparando la derrota

Pocas celebraciones conmemoran una derrota. Será que preferimos olvidar ese 50 % de ocasiones en que la moneda nos muestra su cruz, en que la bola cae en negro, en que sacamos la carta más baja.

Mañana es una de esas escasas conmemoraciones de un fracaso. Mañana recordamos un condicional, un "habríamos podido ser distintos", una primera ocasión en que eso de el-pueblo-unido-jamás-será-vencido habría pasado de la columna de eslóganes vacíos a la de axiomas.

Pero no, la esperanza fue decapitada y solamente queda cantar en recuerdo de los que lucharon por la libertad de un pueblo que demasiado a menudo olvida.







Nota: Ya sé que, como todo símbolo, el de los comuneros tiene varias lecturas, pero me quedo solamente con la de una lucha truncada por la libertad. Sin patriotismos, porque las patrias son sentimientos y yo no gasto de eso, y las banderas se deberían llevar bajo los pantalones. Sin partidismos, porque algunas causas ya han quedado más que enterradas y así deben seguir porque los tiempos ya son otros. Pero con principios, que son los que cuentan y los que unen.

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