viernes, 8 de mayo de 2009

Verde que te quiero verde

Es muy mala señal que a un político se lo conozca más por sus charlotadas (frecuentes en esa profesión, me temo) que por sus iniciativas o ideas.

Si hay un individuo que se lleva la palma en este sentido es un conocido político italiano, quien además de sus patéticas canciones, sus lamentables operaciones de cirugía estética y sus continuas salidas de tono, últimamente aparece en los medios de comunicación constantemente por sus líos de faldas dando un perfil asombroso de viejo verde.

Esta noche lo he soñado, y creo que sería la solución: en el cine español llevamos años necesitando un actor divertido y fresco que interprete a personajes perseguidores babeantes de mujeres esculturales. Quién mejor que el hombre de rostro bronceado y aire de latin lover caduco. Ganaríamos todos: Italia se libraría de él, España relanzaría su cine en crisis, y el ínclito mandatario podría hacer día y noche lo que más desea, sin temor a que su mujer se enfade con él ("cariño, es que es mi trabajo...")




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