Es muy mala señal que a un político se lo conozca más por sus charlotadas (frecuentes en esa profesión, me temo) que por sus iniciativas o ideas.
Si hay un individuo que se lleva la palma en este sentido es un conocido político italiano, quien además de sus patéticas canciones, sus lamentables operaciones de cirugía estética y sus continuas salidas de tono, últimamente aparece en los medios de comunicación constantemente por sus líos de faldas dando un perfil asombroso de viejo verde.
Esta noche lo he soñado, y creo que sería la solución: en el cine español llevamos años necesitando un actor divertido y fresco que interprete a personajes perseguidores babeantes de mujeres esculturales. Quién mejor que el hombre de rostro bronceado y aire de latin lover caduco. Ganaríamos todos: Italia se libraría de él, España relanzaría su cine en crisis, y el ínclito mandatario podría hacer día y noche lo que más desea, sin temor a que su mujer se enfade con él ("cariño, es que es mi trabajo...")
Si hay un individuo que se lleva la palma en este sentido es un conocido político italiano, quien además de sus patéticas canciones, sus lamentables operaciones de cirugía estética y sus continuas salidas de tono, últimamente aparece en los medios de comunicación constantemente por sus líos de faldas dando un perfil asombroso de viejo verde.
Esta noche lo he soñado, y creo que sería la solución: en el cine español llevamos años necesitando un actor divertido y fresco que interprete a personajes perseguidores babeantes de mujeres esculturales. Quién mejor que el hombre de rostro bronceado y aire de latin lover caduco. Ganaríamos todos: Italia se libraría de él, España relanzaría su cine en crisis, y el ínclito mandatario podría hacer día y noche lo que más desea, sin temor a que su mujer se enfade con él ("cariño, es que es mi trabajo...")
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